Toledo,
he aquí sus silencios que me llaman
en un día de frío intenso
y sol tardío
en el que el alma de su río
se abre a borbotones
sobre los espacios donde la ciudad
emerge sin miedo a caerse sobre su abismo
de rocas abatidas
en más guerras de las que puede entender uno.
La ciudad me lleva
entre torbellinos de risas
y máscaras a lo carnaval antiguo
y sin necesidad de otra cosa
que tiempo y paciencia para saborear una copa de vino tinto
en Toledo emerjo
como si fuera un bajel desde hace tiempo hundido.
Ya a flote, camino,
y ante mi
se consagra sin necesidad de juramento alguno
la bohemia de Toledo
que pasa
como si fueran toreros haciendo su paseillo
camino de una plaza donde poder decir
que se detenga el mundo
pues en Toledo estoy
y de este tiempo que marca un reloj de pulsera con esfera de cristal traslucido
yo me quedo
con las sombras que dejan los transeúntes
al pasar alzando la voz, sin gritos.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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